Beyond Fire~

Monday, October 22, 2012

Capítulo 23//Final 1° parte de la novela

¿Cómo no pude darme cuenta antes?Snow pasa los Juegos cerca de los patrocinadores.Le basta una palabra para que se decidan por un tributo u otro.No me combiene tenerle en mi contra,aunque se de sobra que ya es tarde.
-No basta-me dice acercándose a mí.
-Lo siento,presidente Snow-repito agachando la cabeza.Esa odiosa sonrisa vuelve a su cara por arte de magia y me revuelve el pelo con energía.
-Bien hecho.Ahora a tu cuarto-dice mirándome a los ojos.Es extraño.No llega a los cincuenta,pero sus ojos están apagados y envejecidos.
Casi como si estuviesen muertos.
Asiento con la cabeza y me alejo tan rápido como me permiten mis pies y me quedo tras la puerta,observando por última vez a ese tirano.Se agacha a oler una de las macetas con rosas blancas y sonríe arrancando una,colocándosela en la chaqueta de su traje.Luego se acerca a los jazmines.
Los mira serio,roza uno de los pétalos con los dedos...y golpea la planta,haciéndola añicos contra el suelo.
Es evidente que nuestro querido presidente no está contento conmigo.

Regreso al ascensor cuando él retoma el camino de regreso y bajo a mi piso,para encontrarme de nuevo en silencio.
Un silencio que odio con todas mis fuerzas.Me hace perder los nervios.Necesito un sonido que me recuerde que estoy despierta,que debo estarlo,que debo tomarme esto con cuidado.
Me dirijo hacia mi cuarto y me asomo a la gran ventana.La brisa nocturna mece mi pelo por mis mejillas,me llenan los sonidos de la calle,y a la vez me hacen sentir sorda.No se cómo explicarme.Es como cuando tienes a mucha gente conocida que hace mucho tiempo que no ves,pero no consigues recordar de que las conoces.Ahora me ocurre eso:Escucho sonidos que no identifico.
Bueno,uno sí.
Una melodía.
La melodía de la niña de mi distrito.
Está aquí,el pequeño sinsajo del otro día.Está posado en el marco de la ventana,mirando a la ciudad,como yo.En un principio me resulta hasta divertido,así que decido cogerlo.Pesa poco,así que lo poso con cuidado en mi palma y acaricio su cabeza.
-¿Sabes?Puede que no nos volvamos a ver-murmuro entristecida.El sinsajo ladea la cabeza y se sacude con sus negras alas el pico-No me entiendes,lo sé.Tienes suerte de no entenderme-digo metiéndolo en la habitación.Me siento en la cama con él en la mano y lo coloco a la altura de mis ojos.Ahora veo porqué es tan dócil:tiene rota una pata.Y además está infectada.Me muerdo el labio al no tener ni el más mínimo conocimiento de medicina y lo coloco sobre un cojin que pongo en el suelo-Supongo que podrás quedarte hasta que te echen mañana-digo de medio lado,tumbándome en la cama con los brazos extendidos.
De repente,todo vuelve a ser silencio,pero es un silencio distinto al anterior.Este hace reflexionar.¿Sobre qué?No lo sé,tan vez eso deba decidirlo yo.

La arena.
En poco la veré con mis propios ojos.Correré,gritaré,lloraré...¿Viviré,mataré?No me he parado a pensar en ellos.No creo que pueda matar a nadie.No tengo la misma sangre fría que Rosse o Drake.Pero,¿podré defenderme de ellos?Profesionales con una profunda experiencia y armados hasta los dientes contra a una chica de distrito bajo sin apenas recursos.Ellos tienen un buen entrenamiento,han vivido como reyes toda su vida,tienen una estrategia fija.
Estrategia fija...Los profesionales siguen siempre la misma estrategia.
Se alian hasta el final.
Rubi es mi aliada.
Sonrío satisfecha,por lo menos se que este año los bandos no serán los esperados.
Tener a una profesional a mi lado no es nada que se espere nadie.Caesar me pidió que le diera de qué hablar."Querido Caesar,va por tí".
-¡Apaga la luz!-escucho desde lejos.Río al reconocer a Ellery,que pide a gritos,literalmente,algo de oscuridad.
-Se despertó-sonrío al sinsajo,pero el ave también se ha dormido.Aquí todos dormirán esta noche,menos yo,parece.
Apago la luz y me hundo el la almohada,perdiendo la vista en lo poco que refleja la calle en el techo.Luces de colores se proyectan es las paredes,formando dibujos abstractos que realmente no significan nada.Me quedo mirándolos hasta que noto el cansancio vence sobre mis ojos sin aparente sueño y los cierro.

Me despiertan las caricias de Sarah.Me mira con tristeza,sabe que no es seguro que vuelva.¿Sabrá el trato que hize con Snow sobre su libertad?No quiero saberlo,eso solo le daría una doble esperanza que puede que se quedase en eso,esperanza.
-Hola-murmuro incorporándome lentamente,viendo el sinsajo en sus rodillas,que mira curioso a su alrededor.Sarah me muestra su pata,que ahora está vendada,y sonrío cuando ella lo posa en las sábanas frente a mí-Mamá nunca nos dejó tener mascota-sonrío recordando los gritos de mi madre cuando Javi trajo un gato herido a casa cuando él solo tenía ocho años.Recuerdo que fue Sarah quién lo cuidó,parece ser que tiene un don para la enfermería-¿Podras cuidarlo hasta que vuelva?-le pregunto.Ella asiente sonriente y me coje de la mano,conduciéndome hasta la mesa,donde mi equipo al completo espera desayunando con ganas.Me abraza con fuerza,me da un beso en la frente y me vocaliza "Suerte".Asiento con la cabeza y me aguanto las ganas de llorar,dirigiéndome hacia la mesa.
-¡Buenos dias vencedora!-canta Effie,plantandome un beso en la mejilla,dejándome el pintalabios verdoso grabado en mi cara.
-No me llaméis así-gruño limpiándome enérgicamente la mejilla con el puño.
-Eso es que no has escuchado las apuestas-sonríe Ellery,huntando en mermelada su cuchillo-Quedarás entre los tres primeros.
-Adivino,junto a Rosse y Drake-bufo sentándome en la mesa.
-No,junto a Rosse...y Jake-corrije Effie juntando las manos en su pecho-Los amantes de los 51-sonríe.Aprieto los dientes y la fulmino con la mirada.
-Y una mierda-gruño,haciendo que Effie me de una colleja en la cabeza.
-¡Niña,esa boca!-grita istérica.Adoro cuando se pone así,se le hincha la vena de la frente y se sonroja.Todos nos reimos mientras yo me acaricio la zona golpeada con una sonrisa de oreja a oreja,algo que hace que aún se sonroje más-Se acabo,¡Reniego de unos críos como vosotros!-grita señalándonos a los cuatro.
-Ese color de labios no combina con esa cara atomatada-ríe Friday,cogiendo un plato por si tuviera que protegerse.
-¡Es un tomate,un tomate!-grita Ellery señalándola burlón,terminando con la mitad de su tostada de un solo bocado.
-Vete a la mierda-gruñe a Ellery,algo que nos pone en alerta.
-Esas formas-decimos todos al son.Entonces se calla y se marcha,colocándose su gran peluca verde clara correctamente.
-Alguien se ha levantado con el tacón izquierdo-ríe Ulrich terminándose un vaso de chocolate caliente que le deja un bigotillo sobre el labio,a lo que todos reimos al unisono.
Las risas son cortadas cuando dos agentes de la paz armados y vestidos con el traje y casco irrumpen en nuestro piso.Todos nos ponemos tensos cuando se acercan a la mesa,y se detienen a apenas un metro.Uno de ellos se quita el casco.
-¡Papá!-grito lanzándome hacia él.Le abrazo con fuerza,sin saber que decirle,pero él me interrumpe acariciándome la cabeza en silencio.

-Es la hora.

Nos llevan a un gran aerodeslizador que nos transportará a la arena.Por un momento,siento miedo,pero desaparece cuando mi padre me coge de la mano y me sonríe.Ahora es cuando toca despedirse.Primero me tiende la mano,vacilante,pero cuando la acepto tira de mí y me abraza.Está llorando,las lágrimas que me mojan el pelo lo confirman.Yo no puedo evitarlo y lloro también,aferrándome a él con fuerza hasta que nos obligan a separarnos:He de entrar en la nave.
-Estoy muy orgulloso de tí.Ganarás,lo tengo claro-me dice rozándome la mejilla con nostálgia.
-Ganaré-repito decidida,y emprendo la marcha hacia la gran puerta de metal.Antes de entrar,nos hacen cambiarnos:El traje de tributo.
Pantalones negros ajustados,camiseta roja oscura de tirantes para las chicas y manga corta para los chicos,nuestro distrito con su emblema en dorado apagado en el pecho.Unas zapatillas de montaña de color oscuro.Nos dan una chaqueta polar negra con el mismo emblema,la cual me coloco sin cerrarla,ya que todavia no hace demasiado frío.
Nos llevan por un largo pasillo hasta la nave,que tiene dos puertas.Por una entran los chicos,por otra las chicas.Ulrich y yo nos despedimos con la mirada,será la última vez que le tenga cerca...con vida.
"Gracias"murmuro cuando me mira antes de entrar,a lo que él sonríe forzosamente de medio lado.
Me sientan entre la chica del diez y la del tres,que miran a su alrededor.Qué casualidad,irónicamente hablando,que Rosse esté justo delante mía.La nave empieza a temblar,noto como mis pies se balancean solos y que nos elevamos a gran velocidad.
Arena,nos vemos pronto.

Busco a Alissa,y la encuentro junto a Rubi y la chica del seis.La profesional me mira seria,le devuelvo la mirada,y hace ademán por cerrar los ojos,tiene pinta de no haber dormido en toda la noche.
Yo no se como pude hacerlo.
Alissa,por el contrario,está despierta y despejada,mirando con curiosidad a las mujeres del Capitolio que nos vigilan,que sacan una especie de aguja gigantesca.Denisse es la primeran ser pinchada en el antebrazo,donde una lucecita se ilumina para apagarse posteriormente,dejado una marca negriza donde la han pinchado.No parece haberle dolido,pero las demás miramos desconfiadas cuando llega nuestro turno.
La única que se resiste es Alissa,que por lo que podemos ver tiene miedo a las agujas y a todo lo punzante en general.A mí no me duele,pero tampoco puede decirse que no lo note.Es como cuando una hormiga pasea por tu piel,pero por debajo.

La velocidad empieza a disminuir al cabo de veinte minutos hasta que terminamos tocando tierra.
Ahora es cuando los nervios estallan,cuando Alissa empieza a llorar,la chica del siete a gritar como una loca,la del diez se desmaya...y yo me siento en un gallinero,intentando que el pánico que me rodea no me afecte.
Cada una es escoltada por una pareja de agentes de la paz.
Esta vez,mi padre no está conmigo,pero le siento cerca,más que nunca.Al menos se que si muero,lo habré hecho tratándole como a un padre,aunque fuera por cinco minutos,que pensara que su hija le necesitaba y que le agradecía su apoyo.
Me conducen hacia una habitación subterránea.Está vacía,y solo hay...un tubo de cristal.
Estoy en la sala de lanzamiento.
-¿Nerviosa?-escucho a mis espaldas.
-¡Friday!-grito abrazándome a él ansiosa.Él me abraza,me acaricia el pelo y me susurra algo que pretende que me tranquilice,pero los nervios me impiden escuchar.Nos quedamos unos segundos en silencio,hasta que me separa de él.
-No les des la satisfacción de morir-me dice serio,mirándome a los ojos.Asiento con la mirada y una voz nos destroza la despedida.
"Un minuto"
-Friday,tengo miedo-admito,haciendo girar el anillo en el dedo.Friday posa las manos sobre las mías y las agarra con fuerza.
-No te lo permito,los vencedores no tienen miedo
"Cincuenta segundos"
-Friday,yo no he ganado
-Lo harás.Nos encargaremos de ello
"Cuarenta segundos"
Nos quedamos en silencio y asiento con la cabeza.Me giro decidida hacia el cilindro y me detengo a la entrada.
"Treinta segundos"
-Dile a Effie que no me odie por mis modales en la arena-me permito reir.Friday sonríe y se acerca rápidamente,dándome un último abrazo.
-Sabes que lo hará
"Veinte segundos"
Entro en el cilindro y miro al suelo de metal.Me veo reflejada en él,ya no soy esa niña que lloraba aterrorizada cada cosecha.Ahora...
Soy la tributo del distrito cinco.
"Diez segundos"
Y voy a ganar.
El cristal se cierra y ambos nos miramos decididos cuando yo me empiezo a elevar.
-Nos vemos en pocos días...vencedora

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