Capítulo 4

-¿Dónde estás,querida?-dice sonriente.Pero en estos momentos,ni siquiera yo lo se.Repito en mi mente los últimos cinco segundos.Ha dicho mi nombre.Ha dicho Selene Black.Ahora sí que es hora de desmayarse.

Pero el desmayo no llega,y me encuentro caminando a paso lento hacia la plataforma.

-¡Y ahora,los chicos!-dice ella mientras me coloco a su lado.

-¡Voluntario!-grita uno rápidamente,saliendo del grupo.Es William,que corre hacia la plataforma,pero dos agentes de la paz le detienen.Bajo rápidamente y le pido a mi padre que se lo lleven,que no deje que se presente voluntario.Asiente y veo como le sujetan entre tres.Para tener 18 años,tiene mucha fuerza.Mi padre sube a la plataforma y habla con Effie,que pronto niega el ser voluntario para el distrito 5.Se me saltan las lágrimas,tengo los ojos hinchados y me duelen las mejillas.Tengo tanta rabia acumulada que me clavo las uñas en las manos,viendo como William es sacado a la fuerza de la plaza,agarrado por órdenes de mi padre.Le miro,es mi única y última oportunidad para salir de esta pesadilla en la que se acaba de convertir mi vida.Pero sigue negándome,no hay nada que pueda hacer.Vuelvo a subir,agarrada por el brazo de un agente y me vuelven a colocar junto a Effie.

Mete la mano en la urna de los chicos y saca un papel.

-¡Ulrich Scrabell!

Lo conozco,es amigo de mi hermano.Vive en la parte menos afortunada del distrito,y suelo encontrármelo varias veces paseando con su hermano de once años por la plaza.Tiene el pelo oscuro y los ojos miel,no tiene mucha musculatura ya que más bien es un saco de huesos.Sale del grupo y sube firme a la plataforma.Nos miramos,me saluda al reconocerme como la hermana de Javier y pierde la mirada en los habitantes del distrito 5.Nos damos la mano,y pronto nos vemos escoltados al interior del edificio de Justicia.Nunca lo había visto por dentro,pero está como siempre lo pensé.Lámparas de araña,grandes ventanas y alfombras alargadas.Nos llevan a unas habitaciones y nos dejan a cada uno en una,donde nos dejarán despedirnos de nuestras familias.Tras unos segundos de silencio y soledad,entran mi madre y Javier.Sobran las palabras cuando nos abrazamos y empiezo a llorar desconsolada.Mi madre me llena la frente de besos mientras intento decir algo,pero las palabras se me bloquean en la garganta y solo consigo tartamudear y mojarme la cara cada vez más con nuestras lágrimas.Mi hermano,en cambio,me abraza callado con fuerza.No creo que pueda soportar perder otra hermana,pero debe hacerlo por mi madre y los gemelos.Ahora dependen de él.Sé que no tengo ninguna oportunidad,así que este es el adiós definitivo.Pronto llega mi padre y les pide que salgan,que tengo una visita más.Me abrazan y salen sin decir palabra,quedándose mi madre en la puerta.

-Te quiero,hija-dice cerrando la puerta,pero antes de que esta se cierre,se vuelve a abrir de golpe,dejando ver a un William lloroso y sudado.Me abraza con fuerza contra su pecho y me repite una y otra vez que porqué le detuve.Mi respuesta fue simple.

-Temía tener que matarte-murmuro casi sin aire.Pero eso ya no importa,él ya está a salvo para siempre de los Juegos del Hambre.Me separa y coge mi mano,mirando el anillo de Lisbeth en uno de mis dedos.

-Vuelve-me dice.Pero conozco ese tono,no es una súplica,es una orden.Asiento con la cabeza,pero se que miento.No volveré.Moriré en el baño de sangre y si no,poco después.Así que me preparo para el adiós definitivo.Le beso una y otra vez,hasta que escucho la puerta abrirse.

-William,tienes que irte-escucho la voz de mi padre.Pero no quiero que se vaya,me agarro con fuerza a su pecho y me aferro a él.

-No se va-grito llorando.No quiero separme de él.Pero dos agentes de la paz me obligan a soltarle,y se lo llevan mientras mi padre me agarra del brazo.Lo último que veo de él es su mano extendida hacia mí,y las últimas palabras que me dirige.

-Te quiero